El Ficus Benjamina, también conocido como ficus llorón o higuera llorona, es una planta de interior muy popular debido a su belleza y facilidad de cuidado. Sus hojas brillantes y su elegante forma hacen que sea una opción atractiva para cualquier hogar. Sin embargo, para que esta planta prospere, es fundamental seguir ciertos consejos que aseguren su salud y crecimiento. A continuación, se presentan 9 consejos prácticos para cultivar Ficus Benjamina en casa.
1. Elegir el lugar adecuado
La ubicación de tu Ficus Benjamina es crucial para su desarrollo. Esta planta prefiere un ambiente luminoso, pero no le gusta la luz solar directa. Un lugar ideal sería cerca de una ventana con luz filtrada. La luz solar directa puede quemar las hojas y causar daños. Por lo tanto, asegúrate de colocar tu planta en un lugar donde reciba luz indirecta durante la mayor parte del día.
Además, el Ficus Benjamina también puede adaptarse a condiciones de luz más bajas, aunque su crecimiento puede verse afectado. Si notas que la planta comienza a perder hojas, puede ser un signo de que necesita más luz. En este caso, prueba moverla a un lugar más iluminado. La rotación periódica de la planta también puede ayudar a que todas las partes reciban luz de manera uniforme.

2. Regar adecuadamente
El riego es uno de los aspectos más importantes del cuidado del Ficus Benjamina. Esta planta prefiere un sustrato ligeramente seco entre riegos. Es fundamental evitar el exceso de agua, ya que esto puede provocar la pudrición de las raíces. Un buen consejo es tocar la tierra con los dedos; si está seca a una pulgada de profundidad, es momento de regar.
Cuando riegues, asegúrate de hacerlo de manera uniforme. Es mejor regar profundamente, permitiendo que el agua drene por el fondo de la maceta, que hacer riegos superficiales frecuentes. Además, durante los meses de invierno, la planta necesitará menos agua, así que ajusta tu rutina de riego en consecuencia. También puedes usar un plato debajo de la maceta para recoger el exceso de agua, pero asegúrate de vaciarlo para evitar que las raíces queden sumergidas.
3. Mantener la humedad adecuada
El Ficus Benjamina prospera en ambientes con alta humedad. En interiores, especialmente durante los meses de invierno, el aire puede volverse seco debido a la calefacción. Para aumentar la humedad, puedes colocar un humidificador cerca de la planta o agruparla con otras plantas para crear un microclima más húmedo.

Otra opción es rociar las hojas con agua regularmente. Esto no solo aumenta la humedad alrededor de la planta, sino que también ayuda a eliminar el polvo que puede acumularse en las hojas. Sin embargo, evita mojar las hojas en exceso, ya que esto puede llevar a problemas de hongos. Una buena práctica es rociar las hojas una vez a la semana y observar cómo responde la planta.
4. Fertilizar adecuadamente
La fertilización es esencial para el crecimiento saludable del Ficus Benjamina. Durante la temporada de crecimiento, que generalmente va de primavera a otoño, es recomendable fertilizar la planta cada cuatro a seis semanas. Utiliza un fertilizante equilibrado, preferiblemente uno que esté diseñado para plantas de interior.
Es importante no sobrealimentar la planta, ya que esto puede causar un crecimiento excesivo y debilitarla. Si notas que las hojas se vuelven amarillas, podría ser un signo de exceso de fertilizante. En este caso, enjuaga las raíces con agua para eliminar el exceso de nutrientes. Durante el invierno, puedes reducir la fertilización, ya que la planta entra en un período de descanso.

5. Poda y mantenimiento
La poda es una parte esencial del cuidado del Ficus Benjamina. Esta planta puede crecer bastante, por lo que es recomendable recortarla de vez en cuando para mantener su forma y tamaño. Puedes podar las ramas más largas y eliminar las hojas muertas o dañadas. Esto no solo mejora la apariencia de la planta, sino que también fomenta un crecimiento más denso y saludable.
La mejor época para podar es a principios de la primavera, justo antes de que comience el crecimiento activo. Utiliza tijeras de podar limpias y afiladas para evitar dañar la planta. Después de podar, asegúrate de mantener la planta en un ambiente adecuado para ayudar a que se recupere. Si notas que la planta comienza a producir savia después de la poda, no te preocupes; esto es normal y no representa un problema.
6. Controlar plagas y enfermedades
El Ficus Benjamina es susceptible a ciertas plagas, como los ácaros y los pulgones. Es importante revisar la planta regularmente para detectar cualquier signo de infestación. Si notas manchas en las hojas o telarañas finas, es posible que tengas un problema de plagas. En este caso, puedes tratar la planta con un insecticida natural o con agua jabonosa para eliminar las plagas.
Además, es fundamental asegurarte de que la planta no esté estresada por condiciones inadecuadas, ya que esto puede hacerla más vulnerable a enfermedades. Mantener un buen equilibrio de luz, agua y nutrientes ayudará a prevenir problemas. Si la planta desarrolla manchas en las hojas o se vuelve amarilla, puede ser un signo de problemas de riego o nutrientes, y deberías actuar rápidamente para solucionar la situación.
7. Cambiar de maceta
Con el tiempo, el Ficus Benjamina puede crecer lo suficiente como para necesitar un cambio de maceta. Esto generalmente ocurre cada dos o tres años. Al trasplantar, elige una maceta que sea ligeramente más grande que la anterior y asegúrate de que tenga buen drenaje. Utiliza un sustrato fresco y bien aireado para fomentar el crecimiento de las raíces.
El mejor momento para trasplantar es a principios de la primavera, justo antes de que comience el crecimiento activo. Al sacar la planta de su maceta, ten cuidado de no dañar las raíces. Si están muy apretadas, puedes aflojarlas suavemente con los dedos. Después de trasplantar, riega bien la planta y colócala en un lugar donde reciba luz adecuada mientras se adapta a su nuevo hogar.
8. Proteger de corrientes de aire
El Ficus Benjamina es sensible a las corrientes de aire. Cambios bruscos de temperatura pueden estresar a la planta, provocando la caída de hojas. Por lo tanto, es importante evitar colocar la planta cerca de puertas, ventanas o sistemas de calefacción y aire acondicionado que puedan generar corrientes de aire. Un ambiente estable es esencial para su bienestar.
Si notas que tu planta está perdiendo hojas, revisa su ubicación y asegúrate de que no esté expuesta a corrientes de aire frío o caliente. Mantener una temperatura constante y adecuada, entre 15 y 25 grados Celsius, ayudará a que tu Ficus Benjamina se sienta cómodo y saludable. Además, evita moverla con frecuencia, ya que esto también puede estresar a la planta.
9. Disfrutar de la belleza de tu planta
Finalmente, recuerda que cuidar de un Ficus Benjamina no solo se trata de tareas y cuidados. También es una oportunidad para disfrutar de la belleza de la naturaleza en tu hogar. Observa cómo crece y se desarrolla tu planta a lo largo del tiempo. Puedes tomar fotos para documentar su progreso o simplemente disfrutar de su presencia en tu espacio.
Incorporar plantas en tu hogar no solo embellece el ambiente, sino que también mejora la calidad del aire y crea un espacio más acogedor. El Ficus Benjamina es una excelente opción para aquellos que buscan un toque verde en su vida. Así que tómate el tiempo para cuidar de tu planta y apreciar la alegría que trae a tu hogar.