La lavanda es una planta muy apreciada en los jardines por su fragancia, color y facilidad de cultivo. Sin embargo, hay muchas otras alternativas que pueden ofrecer características similares o incluso mejores, dependiendo de tus preferencias y del clima de tu región. En este artículo, exploraremos 21 alternativas a la lavanda que pueden embellecer tu jardín, proporcionando no solo belleza visual, sino también aromas agradables y beneficios para la fauna local. Estas plantas varían en su apariencia, requerimientos de cultivo y usos, lo que las convierte en opciones versátiles para cualquier amante de la jardinería.
1. Romero
El romero es una hierba aromática que no solo es utilizada en la cocina, sino que también es una excelente opción para el jardín. Esta planta tiene un crecimiento arbustivo y puede alcanzar hasta un metro de altura. Sus hojas son de un verde intenso y tiene flores pequeñas de color azul, que atraen a polinizadores como abejas y mariposas. Además, el romero es muy resistente a la sequía, lo que lo convierte en una opción ideal para jardines de bajo mantenimiento.
Una de las grandes ventajas del romero es su fragancia. Al tocar sus hojas, se libera un aroma intenso que puede perfumar el jardín. Además, su uso en la cocina es muy popular, ya que combina bien con carnes, pescados y verduras. Para cultivarlo, es importante elegir un lugar soleado y bien drenado, ya que el romero no tolera el exceso de humedad.

2. Salvia
La salvia es otra hierba aromática que puede ser una alternativa atractiva a la lavanda. Con sus hojas aterciopeladas y flores en tonos morados, rosas o blancos, la salvia puede agregar un toque de color a cualquier jardín. Esta planta es muy resistente y se adapta bien a diferentes tipos de suelo, siempre que esté bien drenado. Al igual que el romero, la salvia es también muy valorada en la cocina por su sabor distintivo.
Además de su uso culinario, la salvia tiene propiedades medicinales y se ha utilizado tradicionalmente para tratar diversas afecciones. En el jardín, atrae a polinizadores y su aroma puede ayudar a repeler algunos insectos. Para cultivarla, es recomendable plantar salvia en un lugar soleado y protegerla de heladas fuertes.
3. Tomillo
El tomillo es otra planta aromática que puede servir como alternativa a la lavanda. Esta planta rastrera tiene un crecimiento bajo y puede cubrir el suelo, lo que la convierte en una excelente opción para jardines de rocas o como bordura. Sus pequeñas hojas verdes tienen un aroma característico y sus flores, que pueden ser de color rosa o morado, atraen a muchos polinizadores.

El tomillo es muy fácil de cultivar y se adapta bien a condiciones de sequía. Además, es una hierba muy utilizada en la cocina, especialmente en la gastronomía mediterránea. Para su cultivo, es ideal plantarlo en un lugar soleado y con buen drenaje, ya que no tolera el encharcamiento. También se puede cultivar en macetas, lo que lo hace perfecto para balcones y terrazas.
4. Nepeta (Gato) o Hierba Gatera
La nepeta, también conocida como hierba gatera, es una planta que se destaca por su atractivo para los gatos, pero también es una excelente opción para el jardín. Esta planta perenne tiene hojas verdes y flores en tonos de azul y púrpura, que florecen durante el verano. Además de su belleza, la nepeta es resistente a la sequía y atrae a muchos polinizadores, como mariposas y abejas.
El aroma de la nepeta es similar al de la lavanda, aunque más intenso. Su fragancia puede ayudar a repeler ciertos insectos, lo que la convierte en una opción ideal para jardines orgánicos. Para cultivarla, se recomienda un lugar soleado y un suelo bien drenado. Además, es una planta que no requiere muchos cuidados, lo que la hace perfecta para jardineros principiantes.

5. Heliotropo
El heliotropo es una planta que destaca por su fragancia dulce y su hermoso color. Sus flores pueden ser de tonos violetas, azules o blancos y son muy atractivas para las mariposas. Esta planta puede crecer hasta un metro de altura y es ideal para añadir un toque de color y aroma al jardín. Además, el heliotropo tiene la capacidad de seguir la dirección del sol, lo que le da su nombre.
Para cultivarlo, es importante elegir un lugar soleado y asegurarse de que el suelo tenga un buen drenaje. El heliotropo prefiere climas cálidos y puede ser sensible a las heladas, por lo que en regiones más frías se recomienda cultivarlo en macetas que se puedan trasladar al interior durante el invierno. Su aroma es un gran atractivo, especialmente durante las noches de verano.
6. Menta
La menta es una planta aromática muy conocida que puede aportar frescura a tu jardín. Sus hojas son de un verde vibrante y tienen un aroma característico que puede ser refrescante. La menta crece rápidamente y puede convertirse en una planta invasora si no se controla, por lo que es recomendable plantarla en macetas o en áreas delimitadas.
Además de su uso en la cocina, la menta tiene propiedades medicinales y se utiliza en infusiones y como remedio natural para diversos problemas digestivos. Para cultivarla, busca un lugar semi-sombreado y asegúrate de que el suelo esté húmedo, ya que la menta prefiere condiciones más frescas. Sus flores, que aparecen en verano, también son atractivas para los polinizadores.
7. Cistus (Jara)
El cistus, también conocido como jara, es un arbusto que puede ser una excelente alternativa a la lavanda. Esta planta tiene flores grandes y vistosas que pueden ser de color blanco, rosa o púrpura, y florece en primavera y verano. Además, el cistus es muy resistente a la sequía y se adapta bien a suelos pobres, lo que lo convierte en una opción ideal para jardines de bajo mantenimiento.
El cistus tiene un aroma característico que se intensifica en los días calurosos. Además, es una planta que atrae a diversos polinizadores y puede ayudar a crear un ecosistema saludable en tu jardín. Para cultivarlo, es importante elegir un lugar soleado y evitar el exceso de agua, ya que esta planta no tolera el encharcamiento.
8. Verbena
La verbena es una planta que se caracteriza por sus flores pequeñas y coloridas que pueden ser de tonos morados, rosas, rojos y blancos. Estas flores son muy atractivas para las mariposas y otros polinizadores, lo que hace que la verbena sea una excelente opción para un jardín que busca fomentar la biodiversidad. Además, la verbena tiene un aroma ligero y agradable.
Esta planta es fácil de cultivar y se adapta bien a diferentes condiciones de suelo, siempre que tenga buen drenaje. La verbena puede crecer como planta perenne o anual, dependiendo de la variedad y del clima. Se recomienda plantar verbena en un lugar soleado y proporcionar riego regular, especialmente durante los meses de calor. Su resistencia y belleza la convierten en una opción popular entre los jardineros.
9. Echinacea (Equinácea)
La equinácea es una planta perenne conocida por sus flores en forma de margarita, que pueden ser de color púrpura, rosa o blanco. Además de su atractivo visual, la equinácea es famosa por sus propiedades medicinales, ya que se utiliza para fortalecer el sistema inmunológico. Esta planta es muy resistente y puede crecer en diferentes tipos de suelo, siempre que esté bien drenado.
La equinácea también atrae a mariposas y otros polinizadores, lo que la convierte en una excelente opción para jardines que buscan fomentar la vida silvestre. Para cultivarla, se recomienda elegir un lugar soleado y proporcionar riego moderado. Esta planta florece en verano y puede seguir floreciendo hasta principios del otoño, proporcionando color y vida a tu jardín durante varios meses.
10. Caléndula
La caléndula es una planta anual que se destaca por sus flores brillantes en tonos amarillos y naranjas. Además de su belleza, la caléndula tiene propiedades medicinales y se utiliza en la elaboración de ungüentos y aceites. Esta planta es fácil de cultivar y se adapta bien a diferentes tipos de suelo, siempre que reciba suficiente luz solar.
La caléndula también es conocida por sus propiedades repelentes de insectos, lo que la convierte en una excelente opción para jardines orgánicos. Sus flores son comestibles y pueden ser utilizadas en ensaladas o como decoración en platos. Para cultivarla, es importante mantener el suelo húmedo y proporcionar un lugar soleado, ya que la caléndula prefiere condiciones cálidas. Además, su floración puede durar desde la primavera hasta el otoño, lo que añade un toque de color a tu jardín durante todo el año.
11. Pequeñas Flores de Girasol
Las pequeñas flores de girasol son una opción encantadora para el jardín. A diferencia de los girasoles gigantes, estas variedades enanas pueden crecer hasta un metro de altura y producen flores amarillas brillantes que son irresistibles para las abejas y otros polinizadores. Su crecimiento compacto las hace ideales para jardines pequeños o como parte de un arreglo de flores.
Los girasoles enanos son fáciles de cultivar y requieren poco mantenimiento. Prefieren suelos bien drenados y un lugar soleado. Además, son resistentes a la sequía una vez establecidas, lo que las convierte en una excelente opción para jardineros que buscan plantas de bajo mantenimiento. Su color vibrante y su capacidad para atraer polinizadores hacen de los girasoles enanos una opción popular en muchos jardines.
12. Flor de Nochebuena
La flor de nochebuena, también conocida como poinsettia, es una planta de floración espectacular que se asocia comúnmente con las festividades navideñas. Sin embargo, esta planta puede ser cultivada en el jardín durante todo el año en climas cálidos. Sus hojas en forma de estrella son de un rojo brillante, aunque también hay variedades en blanco y rosa, lo que la convierte en un atractivo visual en cualquier espacio.
La flor de nochebuena prefiere suelos bien drenados y luz brillante, pero puede tolerar algo de sombra. Durante su período de floración, que ocurre en invierno, esta planta puede iluminar cualquier rincón del jardín. Sin embargo, es importante recordar que la flor de nochebuena no tolera las heladas, por lo que en regiones más frías es mejor cultivarla en macetas que se puedan mover al interior durante el invierno.
13. Geranio
El geranio es una planta popular que se puede encontrar en muchos jardines. Sus flores vienen en una variedad de colores, incluyendo rojo, rosa, blanco y púrpura. Los geranios son fáciles de cultivar y pueden crecer tanto en el suelo como en macetas, lo que los convierte en una opción versátil para cualquier espacio. Además, su fragancia puede ayudar a repeler insectos, lo que los hace ideales para jardines orgánicos.
Los geranios prefieren un lugar soleado y un suelo bien drenado. Necesitan riego regular, especialmente durante los meses calurosos, pero es importante evitar el exceso de agua. Con un cuidado adecuado, los geranios pueden florecer durante toda la primavera y el verano, aportando color y vida a tu jardín. Su capacidad de adaptarse a diferentes condiciones de cultivo los convierte en una opción popular entre los jardineros de todas las habilidades.
14. Aster
El aster es una planta perenne que ofrece flores hermosas en tonos de azul, morado, rosa y blanco. Estas flores suelen florecer en otoño, lo que las convierte en una excelente opción para añadir color a tu jardín en una época del año en que muchas otras plantas están terminando su ciclo. Los asteres son también muy atractivos para mariposas y otros polinizadores, lo que los convierte en una excelente adición para fomentar la biodiversidad en el jardín.
Los asteres prefieren suelos bien drenados y un lugar soleado o parcialmente sombreado. Son bastante resistentes y pueden tolerar una variedad de condiciones de cultivo. Además, al ser perennes, regresan año tras año, lo que significa que son una inversión a largo plazo para tu jardín. Con su amplia variedad de colores y su capacidad para atraer polinizadores, los asteres son una opción encantadora para cualquier amante de la jardinería.
15. Crisantemo
El crisantemo es una planta que ofrece flores vibrantes en una amplia gama de colores, desde amarillo hasta rojo y púrpura. Estas flores son populares en jardines y arreglos florales debido a su belleza y durabilidad. Los crisantemos florecen en otoño, lo que los convierte en una excelente opción para añadir color a tu jardín en esta época del año.
Los crisantemos son relativamente fáciles de cultivar, prefiriendo suelos bien drenados y un lugar soleado. Requieren riego regular, especialmente durante los períodos secos, y es importante eliminar las flores marchitas para fomentar un crecimiento saludable. Además, los crisantemos son resistentes a muchas plagas, lo que los hace ideales para jardines orgánicos. Con su amplia gama de colores y su capacidad para florecer en otoño, los crisantemos son una adición maravillosa a cualquier jardín.
16. Alhelí
El alhelí es una planta bien conocida por sus flores fragantes que pueden ser de color blanco, amarillo, rosa o morado. Esta planta bienal o perenne es ideal para jardines de flores, ya que sus flores se agrupan en racimos, creando un efecto visual atractivo. El alhelí es muy apreciado por su aroma dulce y es ideal para jardines de corte, ya que sus flores son perfectas para arreglos florales.
Para cultivar alhelí, es importante proporcionar un lugar soleado y un suelo bien drenado. Prefiere suelos ricos en materia orgánica y requiere riego regular. Una vez establecida, esta planta es bastante resistente y puede florecer durante la primavera y el verano, brindando color y fragancia a tu jardín. Su capacidad para atraer polinizadores también la convierte en una opción excelente para fomentar la biodiversidad en el jardín.
17. Flor de Cera (Euphorbia)
La flor de cera, también conocida como euphorbia, es una planta perenne que se caracteriza por sus flores duraderas y cerosas que pueden ser de color amarillo, verde o blanco. Esta planta es muy resistente y se adapta bien a diferentes condiciones de suelo, lo que la convierte en una excelente opción para jardines de bajo mantenimiento. Además, la euphorbia es conocida por su capacidad para tolerar la sequía, lo que la hace ideal para climas cálidos y secos.
Las flores de cera son ideales para jardines de rocas y pueden ser utilizadas como bordura. Prefieren un lugar soleado y requieren poco riego una vez establecidas. Además, su follaje denso puede proporcionar refugio para pequeños insectos y otros organismos beneficiosos en el jardín. Con su resistencia y su atractivo visual, la flor de cera es una opción excelente para cualquier amante de la jardinería.
18. Gipsófila
La gipsófila, también conocida como «susurro de novia», es una planta perenne que se caracteriza por sus pequeñas flores blancas que crean un efecto etéreo en el jardín. Estas flores son muy populares en arreglos florales y se utilizan a menudo como relleno en ramos. La gipsófila florece en verano y es ideal para añadir textura y ligereza a cualquier composición floral.
Esta planta es bastante resistente y se adapta bien a diferentes tipos de suelo, aunque prefiere suelos bien drenados. Necesita un lugar soleado para prosperar y requiere riego moderado. Una vez establecida, la gipsófila es muy fácil de cuidar y puede florecer durante varias semanas, proporcionando un espectáculo visual encantador en tu jardín. Su capacidad para atraer polinizadores también la convierte en una opción ideal para fomentar la biodiversidad.
19. Helianto
El helianto, también conocido como girasol enano, es una planta que produce flores amarillas brillantes y alegres que son ideales para jardines soleados. A diferencia de los girasoles tradicionales, los heliantos son más compactos y pueden ser cultivados en espacios más pequeños. Estas flores son perfectas para atraer polinizadores y añadir un toque de color vibrante a tu jardín.
Los heliantos son fáciles de cultivar y prefieren suelos bien drenados y un lugar soleado. Requieren riego regular, especialmente durante los períodos secos. Además, su floración puede durar desde el verano hasta principios del otoño, proporcionando un espectáculo visual encantador durante varios meses. Con su resistencia y atractivo visual, el helianto es una excelente opción para cualquier amante de la jardinería.
20. Verbena de Buenos Aires
La verbena de Buenos Aires es una planta perenne que se caracteriza por sus flores pequeñas y coloridas que pueden ser de tonos morados, rosas o blancos. Esta planta es ideal para jardines que buscan atraer polinizadores, ya que sus flores son muy atractivas para mariposas y abejas. La verbena de Buenos Aires es resistente y puede crecer en una variedad de condiciones de suelo.
Para cultivarla, es importante elegir un lugar soleado y asegurarse de que el suelo tenga un buen drenaje. Esta planta puede tolerar condiciones de sequía una vez establecida, lo que la convierte en una excelente opción para jardines de bajo mantenimiento. Su floración se produce en verano y puede continuar hasta el otoño, proporcionando color y vida a tu jardín durante varios meses.
21. Lantana
La lantana es una planta que se caracteriza por sus flores en racimos que pueden ser de múltiples colores, incluyendo amarillo, naranja, rojo y púrpura. Esta planta es muy resistente y se adapta bien a diferentes tipos de suelo, siempre que estén bien drenados. La lantana es conocida por atraer a mariposas y otros polinizadores, lo que la convierte en una excelente opción para jardines que buscan fomentar la biodiversidad.
La lantana prefiere un lugar soleado y requiere poco mantenimiento una vez establecida. Es muy resistente a la sequía y puede florecer durante todo el verano, brindando un espectáculo visual vibrante. Sin embargo, es importante tener en cuenta que algunas variedades de lantana pueden ser invasivas en ciertas regiones, por lo que se recomienda investigar las variedades adecuadas para tu área antes de plantarlas. Con su belleza y capacidad para atraer polinizadores, la lantana es una opción encantadora para cualquier jardín.